Dicen que las personas públicas deben cuidar mucho lo que hablan. Sin duda, soy un personaje que no me alineo a lo políticamente correcto y prefiero ser directa y decir las cosas sin filtro. Alguna vez compartí mi experiencia con la anorexia y los años que sufrí tratando de vencer una enfermedad que me consumía por fuera, pero sobretodo por dentro. Hoy, con la misma franqueza que narré aquel episodio, puedo decirles que desde hace rato aprendí a querer y valorar mi cuerpo. Finalmente es mi vehículo de transporte. Yo sé que aquí aparecerán los haters de siempre a insultarme, a decir que parezco una anchoveta, que se me ve horrible, que soy de lo peor. Imagínense , si pude salir adelante de tantas adversidades y momentos dolorosos, lo que algunos puedan opinar sobre mi es algo que ya no me toca. Al final son percepciones y no pretendo ser modelo ni influencer. Solo busco, a los que me siguen con cariño ( o por lo menos respeto) que hagan el esfuerzo de encontrar alguna disciplina que los apasione, que estén activos. Si quieren y pueden corregir algo, háganlo. Es por nuestro cuerpo, nuestra alma, nuestro corazón. Algo que no le pertenece a nadie más que a uno mismo. Hagan lo que sientan que deban hacer y no hagan caso a los estereotipos. Yo aquí con mis piernas de pajarito, estrías de embarazo, algo de celulitis en las piernas y espalda de niña pre adolescente, aprendí a cuidarme, pero sobretodo a quererme y buscar todo lo que me permita sentirme cada vez mejor. El ejercicio y la buena alimentación es el combo Perfecto. Admito que lo que me cuesta es dejar de vapear. Después de tantos años de fumadora, todavía necesito echar algo de humo (jajaja) Con el alcohol y drogas no hay problema porque soy abstemia y ni siquiera me he fumado un cigarrillo de marihuana en toda mi vida. Pues nada. A querernos un poco más y reírnos de los que tanto hablan sin saber nada de nuestras vidas. Repito , son nuestras vidas. Sobre ellas decidimos. Un abrazo a todos!